domingo, 15 de agosto de 2010

Ridiculo, una tierra de la que no se vuelve jamas.

Permitame compañero que le cuente una pequeña anecdota de mis años mosos, andabamos por esa epoca, fatigando los crueles recovecos del año 96´, epoca por la que (como es de imaginarse) andaba medio herido en mis capacidades adquisitivas, lo que me obligó (muy contra mi voluntad) a conseguirme un trabajo; como soy egresado de una tecnica, y aparte conocia algo del tema, me conchabé de engrasador en una YPF.
El laburo una bosta, como casi todos los que habia por aquellos años, 12 horas de lunes a sabado, bah, lo que era en ese tiempo flexibilizado...
Pero no lo distraigo para contarle penas nomás, como hacen algunos que cada vez que pueden te cuentan que se bañaban en palangana; el preambulo vale para contextuar, y la realidad muestra que algunas mañas muy extendidas, no pasan de moda.
La cuestion es que -como se imaginara usted- todo el asunto implicaba ingentes cantidades de mugre, provenientes de los motores y chasis de los autos que uno tras otro iban dejando sus recuerdos en los pisos y las pilchas que un servidor trajinaba a diario. Lo cierto es que un buen dia, el bolichero mayor de la EESS, en una des sus habituales arengas en pro de la limpieza y la "imagen" y de esas boludeces, me dio un par de billetes con la orden de comprar, inmediatmente, un "DELANTAL BLANCO COMO DE CIENTIFICO" -segun sus palabras textuales- para usarlo en ocasion de los cambios de aceite, y que los clientes vieran el nivel de "profesionalismo" con que se atendian la cuitas de sus hijitos mecanicos.
Los susodichos clientes, uno por uno, ninguno se privó de mostrarme toda la dentadura, durantes sus estentoreos juajuajuases, acompañados siempre de un dedo indice erecto, como si se tratara de una garcha perforando el pobre ojete de mi ya maltratada dignidad, y asi tambien, uno por uno se fueron llevando sus autos a instituciones menos payasescas, accion que no tardé en imitar, con una posterior suerte, llamemosla, diversa.
Personalmente abono a la idea de que el habito no hace al monje, y sigo creyendo que no me transforme en peor engrasador, el dia que me enfundaron en el bendito delantalito, pero en aquella ocasion, aprendí que el tipo que quiere engrasar el auto, no quiere un "cientifico", y que -creo que razonablemente- tienden a preferir un engrasador, y suponen que un buen engrasador, no necesita vestirse de cientifico, ni de bailarin de flamenco, ni de hoplita...
Es como si -imaginemos- un intendente, se andubiera vistiendo de podador de arboles, con arnes, casco y todo, el dia que tiene que declarar ante un juez, por una causa en la que es imputado; o supongamos una peor, si el Ministro de Seguridad y Justicia, se presentara a una conferencia de prensa, donde tiene que explicar responsabilidades en tres muertes en un derrumbe, vestido de rescatista, con una campera amarillopro.

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Sucesos Argentinos en la: Tercera Tirania

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